La depresión perinatal puede afectar a cualquier madre, sin importar la edad, raza, ingresos, cultura o nivel educativo. Aunque no existe una sola causa para la depresión perinatal, las investigaciones sugieren que es el resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales:
Estrés: Exigencias laborales, experiencias traumáticas previas
Demandas físicas y emocionales de tener hijos y cuidar a un bebé recién nacido
Cambios hormonales que ocurren durante y después del embarazo
Historial personal o familiar de depresión o trastorno bipolar Depresión perinatal en un embarazo anterior
Baby blues: Cambios leves de humor, sentimientos de preocupación, tristeza y agotamiento que muchas mujeres pueden experimentar durante las dos primeras semanas después de dar a luz.
Depresión posparto: Cuando los cambios de humor y sentimientos son muy intensos o si duran más de dos semanas.
Psicosis posparto: Una enfermedad mental grave en la que, después del parto, la madre puede tener delirios, alucinaciones, episodios de manía, paranoia y confusión. Puede estar en riesgo de hacerse daño a sí misma o a su hijo. Es fundamental buscar ayuda lo antes posible.
Psicoterapia: Enseña diferentes formas de pensar, comportarse y reaccionar ante diversas situaciones, además de cómo establecer redes de apoyo social y desarrollar expectativas realistas que permitan a la madre enfrentar la crisis u otros problemas que puedan estar contribuyendo a su depresión.
Medicamentos: Ayudan a mejorar la forma en que el cerebro utiliza ciertos químicos que controlan el estado de ánimo o el estrés.
Combinación de psicoterapia y medicamentos.
La familia es fundamental para la recuperación de las mujeres con depresión perinatal:
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