Esta es una prueba para verificar si hay problemas con el cuello uterino, como células anormales o la presencia de cáncer cervical.

El cáncer cervical no es algo que deba tomarse a la ligera, ya que puede poner en peligro la vida si no se trata a tiempo. Es el tercer tipo de cáncer más común entre las mujeres y causa miles de muertes cada año. El Papanicolaou es la única forma de determinar la ausencia o presencia de esta enfermedad devastadora, tanto sus síntomas como los signos de riesgo.

Esta prueba, en sí misma, muestra a los médicos las variaciones anormales en las células del área cervical, así como los tejidos correspondientes, especificando las medidas a tomar si se encuentra la enfermedad. Lo mejor de todo es que este estudio puede detectar signos tempranos antes de que los signos sospechosos lleven al cáncer cervical.

El Papanicolaou consiste en un raspado suave de la superficie del cuello uterino con una espátula, algodón o esponja, obteniendo muestras de células que se envían para análisis microscópico en el laboratorio. Si el resultado de la muestra es negativo, significa que las células del cuello uterino son normales; por otro lado, si el resultado es positivo, no prueba la presencia de cáncer, pero sí indica que hay alguna anomalía en las células, y se deben realizar estudios más rigurosos con la ayuda de una biopsia o colposcopia.

Es importante realizarse un Papanicolaou una vez al año, sin embargo, aunque ya te lo hayas hecho, es recomendable tomar una segunda precaución y realizarte una colposcopia, una prueba que te ayudará a determinar si tienes áreas con anomalías en tu cuello uterino o detectar infecciones o úlceras cervicales que tu Papanicolaou no haya encontrado.